El tiempo que dedicamos a nuestros hijos es más valioso que el oro. Y conste que no es por la cantidad de tiempo en si, sino por la calidad del mismo. Lo más importante en estos momentos juntos es mostrarnos interesados en su mundo, en sus comentarios, en sus juegos; de hecho es una terapia invaluable para el stress que nos agobia del día a día. Muchos padres creen que darle tiempo a su niño es inundarlos de cosas materiales o simplemente sentarse con ellos a ver la tele en silencio. No estoy juzgando ninguna de estas dos actividades, pero debemos darnos cuenta de que lo que nuestros hijos realmente necesitan de nosotros es que les transmitamos seguridad, confianza, valores, y por sobre todas las cosas que los escuchemos. Los adultos ni siquiera nos escuchamos entre sí, cada quien anda concentrado en lo suyo, cada quien quiere tener la razón, cada quién quiere ser mejor que el otro; y que mundo hemos creado con esta actitud?
No se trata de ser perfectos, ni de ser santos, se trata de saber que nuestro mundo necesita un cambio, y que este cambio no va a venir de afuera, de un político, un cantante, o determinada religión. Este cambio comienza en nuestra casa, en nuestros hijos que son el mañana. Si seguimos cegados por el trabajo y las preocupaciones materiales y siempre decimos que escucharemos a nuestros hijos cuando tengamos tiempo, cuando menos lo esperemos se habrán ido a hacer sus vidas, y entonces pensaremos: “Si hubiese trabajado un poco menos, y disfrutado más de mis muchachos.”
No esperes a que esto suceda, disfrútalos ahora, bésalos ahora, abrázalos ahora, escúchalos ahora, juega con ellos ahora. Claro que debes dedicarte a tu trabajo y a tus actividades, pero no dudes en sacar tiempo para disfrutar a tus hijos, es más, dales la prioridad en tu agenda y en tu vida. El tiempo pasa volando, y esos recuerdos son el único equipaje que llevaremos al morir.
Y recuerda: “El Castigo no enseña, el amor y el ejemplo sí.”
(Por Elvis Canino)
No se trata de ser perfectos, ni de ser santos, se trata de saber que nuestro mundo necesita un cambio, y que este cambio no va a venir de afuera, de un político, un cantante, o determinada religión. Este cambio comienza en nuestra casa, en nuestros hijos que son el mañana. Si seguimos cegados por el trabajo y las preocupaciones materiales y siempre decimos que escucharemos a nuestros hijos cuando tengamos tiempo, cuando menos lo esperemos se habrán ido a hacer sus vidas, y entonces pensaremos: “Si hubiese trabajado un poco menos, y disfrutado más de mis muchachos.”
No esperes a que esto suceda, disfrútalos ahora, bésalos ahora, abrázalos ahora, escúchalos ahora, juega con ellos ahora. Claro que debes dedicarte a tu trabajo y a tus actividades, pero no dudes en sacar tiempo para disfrutar a tus hijos, es más, dales la prioridad en tu agenda y en tu vida. El tiempo pasa volando, y esos recuerdos son el único equipaje que llevaremos al morir.
Y recuerda: “El Castigo no enseña, el amor y el ejemplo sí.”
(Por Elvis Canino)
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