En cualquier entorno y actividad de nuestra vida los vamos a encontrar; en los estudios, el trabajo, entre nuestros familiares; entre nuestros vecinos; en los desconocidos que están a nuestro alrededor mientras estamos en la calle. Siempre va a haber un tribunal que se encargará de juzgarte, condenarte y llevarte a la hoguera. En el asunto de
El tribunal siempre estará alerta para detectar si tu hijo llora, si lo llevas cargado, si todavía le das teta, si no le pegas un grito o le das una nalgada “antes de que sea tarde y se te descarrile”, si te hace pataletas; nada se escapará de su observación y juicio. Peor será si se nota a leguas que eres una madre primeriza, pues será allí cuando se deleitarán restregándote en la cara que sus métodos son los únicos que hacen hombres y mujeres de bien, pues sus hijos que están ya grandes, los adoran y son lo mejor del mundo (me encantaría saber que piensan muy en el fondo estos hijos perfectos sobre los métodos que se les aplicaron). Escucharás cosas como que el castigo a tiempo hace hombres de bien, si no le pegas a ese muchacho no va a servir para nada………bla, bla, bla…..
Particularmente, no quiero hijos perfectos, súper dotados para pelear en este competitivo mundo adulto y ser los mejores en todo sin conocer el fracaso. Quiero hijos felices; seguros de sí mismo; que no esperen aprobación ajena, ni siquiera la mía, mucho menos la de un tribunal inquisidor; que no le teman al fracaso; que no sigan el rebaño sin preguntar a donde los llevan, solo por que la sociedad dice que hay que seguirlo; que no dejen que nadie decida por ellos; que le den más importancia a pasar un día consigo mismos en paz que a romper paradigmas y superar metas; que quieran lo mismo para sus hijos y jamás los golpeen o maltraten; y por sobre todo que jamás sientan necesidad de pertenecer a ningún Tribunal inquisidor.
A los Tribunales Inquisidores les aconsejo utilizar esa misma energía para condenar cualquier forma de maltrato hacia los niños, ancianos, animales y
Si queremos tener un mundo mejor comencemos sembrando paz, amor y cuidando la semilla del futuro que son los niños. El Planeta necesita un cambio urgente al amor, ese el paradigma y la meta que hay que romper. No le des tanta importancia al ruido de afuera, escucha lo que te dice tu alma………no hay mejor consejera que ella, solo busca su consejo y guía en el silencio. Cría a tus hijos como tu corazón te lo ordene, no como los demás dicen que es mejor. Aquí cito a Paulo Coelho: “El vecino al que le encanta hacer comentarios sobre nuestro jardín no cuida nunca de sus plantas”.
(Por Elvis Canino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario