viernes, 11 de junio de 2010

NO SE TRATA DE SER PERFECTOS


Tenemos una creencia errada de que ser buenos padres es ser una fuente infinita de paciencia y nunca molestarnos con nuestros hijos. Pero no debes olvidar que eres un ser humano con defectos y virtudes, y es de pocos sabios y gurúes el don de la paciencia infinita. Por supuesto que tenemos derecho a sentir rabia, a tener ganas de dejar la crianza con respeto a un lado por un momento, a poner en duda si lo estamos haciendo bien o mal, a pensar si una nalgada no acabaría con la situación de conflicto que nuestro hijo(a) tiene montada. Tenemos derecho a sentir todo esto, tenemos derecho a dudar, tenemos derecho a ser imperfectos; pero si te detienes un rato a reflexionar sobre esto, ¿No le aguantamos peores cosas a nuestros jefes y/o clientes? ¿Y a nuestras parejas? ¿Le damos un puñetazo a cada persona que nos saca de nuestras casillas en la calle? ¿No son nuestros hijos lo más importante que tenemos?

Una bofetada o una nalgada no resuelve nada, eso es mentira. Puede ser que el niño haya dejado de patalear, o de gritar por respeto, por miedo o por dolor, pero el conflicto queda allí, aún peor pues está mezclado con resentimiento. Tu hijo puede quererte mucho, puede adorarte, admirarte, pero cada golpe que le das lo hace odiarte, muy en el fondo de su alma te odia por cada acción maltratadora aplicada en su contra. Por eso hay tantos ancianos abandonados, por eso muchos hijos se alejan después de adultos lo más que pueden, por eso hay tantos vacíos de amor entre las familias, por eso tantos adultos visitan a sus padres por obligación y no porque les nace.

Nadie es perfecto, tú no debes ser perfecto. Lo que sí debes es amar a tus hijos incondicionalmente, enseñarles con respeto y con ejemplo, y nunca, nunca maltratarlos. No para que te visiten o para que no te lleven a un asilo en tu ancianidad, sino para que sean felices, con sus defectos e imperfecciones pero felices. ¿O acaso no es eso lo que todo padre desea para sus hijos?

Por Elvis Canino

6 comentarios:

  1. Elvis me encanta tu blog! y es cierto... ni se trata de ser perfectos... si no de querer mejorar cada día y de amar a nuestros hijos como se merecen...

    Un abrazo.

    Miriam.

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  2. Me ha gustado mucho esta entrada, Elvis.

    Efectivamente, no se trata de ser perfectos: se trata de ser conscientes, de aprovechar la m(p)aternidad para conocernos mejor y crecer personalmente, se trata de no autojustificarnos, e intentar ser cada día la madre o el padre que nuestros hijos se merecen. Por lo menos intentarlo.

    Un abrazo!!!

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  3. Hola Elvis,

    A mi también me encantó la reflexión, aunque sinceramente no había pensado en la relación con los ancianatos...

    Tienes razón, no se trata de ser perfectos, y como dice Ileana, nada ganamos con autojustificarnos. Más bien convendría detenerse a pensar si trataríamos así a un adulto. Si la respuesta es no: simplemente se trata de un abuso de poder, de maltrato y falta de respeto...

    Un abrazo,

    Louma

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  4. Me alegra que les haya gustado!!!!!!!! Un gran abrazo!!!!!!!!!!!

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  5. Es genial Elvis. Yo tampoco lo habia pensado desde ese lado nunca (de como uno se puede ir alejando de sus padres de adulto).
    No me entra en la cabeza como "soportamos" cosas mucho peores de gente mucho menos importante, y a veces somos tan poco tolerantes con nuestro mas preciado tesoro. Un abrazo enorme

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