sábado, 27 de agosto de 2011

CRIAR CON RESPETO EN EL MUNDO DEL EGO!!!!!!!!!!!


"Las personas mayores son decididamente muy extrañas."
(El Principito)


Quería encontrar una definición para “crianza con respeto”, aunque debo admitir que no me gustan las definiciones, pero algunas veces me las piden simplificadas y no está de más tenerlas a mano en esos casos, y me topé con un concepto de la palabra “respetar” en mi diccionario que me llamó muchísimo la atención, cito:
Respetar: Conservar una cosa sin dañarla. (Diccionario Larousse)
“Sin dañarla”…..eso es una definición perfecta si hablamos de la crianza de nuestros niños. Es bien sabido que todo padre o madre (o mejor dicho y lamento que así sea, la mayoría) desea solo “lo mejor” para sus hijos, haya adoptado la forma de crianza que sea; esta es la meta común para prácticamente todos: “lo mejor para ellos”. Pregúntale a cualquier progenitor qué es lo que desea para sus hijos y la mayoría te dirá lo mismo en los términos de su preferencia.
Por supuesto, “lo mejor” no significa lo mismo para todos, para unos puede ser felicidad, para otros el bienestar, la prosperidad, el éxito, una larga vida, una buena educación…..y un sinfín de etcéteras que demuestran que como padres nos preocupa que nuestros hijos tengan una vida digna, respetable y feliz.
Ahora, por otro lado está la sociedad; la misma que nos formó a nosotros, que formó a nuestros padres y a los padres de los padres de estos. Y a la cual, tarde o temprano tienen que irse integrando nuestros hijos, pues viven dentro de ella, no queda de otra ¿o sí?
Pregunto ¿Qué es lo que espera la Sociedad de mis hijos? Muchos me responderán: Pues ¿qué va a ser? Lo mejor. De hecho, la función principal de la sociedad es velar por el bienestar de cada uno de sus miembros, por lo menos teóricamente.
Ahora……para la sociedad, ¿Qué sería realmente lo mejor para nuestros hijos?
Lamento admitir que los intereses de la Sociedad en la que tú y yo hemos crecido, distan mucho de los que como padre, YO personalmente tengo.
Vivimos y nos formamos en una Sociedad egocéntrica que nos ha enseñado a competir, a tener éxito para ser aceptado y aprobado, a ser obedientes, respetuosos (y con esto me refiero a sumisos) con nuestros mayores y todo aquel que la misma diga que está por encima en cuanto a autoridad se refiere.
Donde se le da una importancia exagerada a los títulos, a las calificaciones, a la aprobación externa, al que dirán los demás.
Donde los niños tienen que aprender a ser autosuficientes antes de tiempo porque Papá y Mamá tienen que trabajar, deben producir para poder vivir.
Donde los sistemas educativos están diseñados para crear seres autómatas, que siguen reglas, que respetan horarios, que no cuestionan, en pocas palabras, seres productivos. De lo contrario, como me han dicho muchos, sería la catástrofe, el fin del progreso, el regreso a las cavernas.
Donde las religiones, los gobiernos y demás autoridades nos dicen lo mismo: Obedece, “pórtate bien”, produce y enseña a tus hijos a continuar la cadena…..
Ahora, volviendo al concepto del respeto y analizando esto último ¿Eso es lo que quiero para mis hijos? Mi respuesta es un rotundo NO.
Mi respuesta es que lo que quiero para mi hija es que sea FELIZ (así, con mayúsculas), que sea “ella misma” siempre, no lo que “otros” crean que es mejor.
Que jamás, óigase bien, jamás espere la aprobación de nadie para sentirse valorada, ni siquiera de mí.
Que jamás permita que ningún maestro o “experto de la educación” le robe sus sueños con un comentario frustrante fuera de lugar o una calificación roja, y si lo hacen que ella sepa, que esa es la opinión de ellos……y no la suya propia.
Que jamás piense en ningún título colgado en la pared como su pasaporte a la felicidad y por ende al éxito.
Que jamás acepte etiquetas, ni para ella, ni para nadie.
Que simplemente nunca olvide que la FELICIDAD es y debe seguir siendo su estado natural, pase lo que pase a su alrededor…..justo como es ahora.
Que nunca me recuerde como una autoridad, o un "ser endiosado", sino como un humano común y corriente que simplemente trató de dar el mejor ejemplo que pudo, que predicó con acciones en vez de palabras, y que por supuesto se equivocó en más de una ocasión. Así ella entenderá que equivocarse no es dañino, malo o vergonzoso; si no humano.
Que nunca permita a nadie hacerla sentir vergüenza de su cuerpo o de su sexualidad, ya que la palabra tabú nunca existió en su entorno.
Que entienda que para ser respetado hay que respetar, por eso sus padres siempre lo hicieron con ella, tratándola como el ser completo y maravilloso que es y no como un ser incompleto e inferior, y mucho menos considerándola su propiedad.
En fin….. que sea libre de pensar lo que quiera, de decir lo que quiera, respetando el criterio de los demás y sin querer imponerse, pero a la vez, haciéndose respetar y escuchar.
Si crías con respeto, sabes como yo que no es nada fácil, que siempre vas a encontrar oposición del entorno. Cuando no es la familia, es la escuela, los vecinos, los mayores, el extraño de la calle. Siempre alguien te dirá que lo estás haciendo mal, pues normalmente los seres humanos juzgamos y señalamos aquello que no comprendemos o que simplemente se diferencia de los viejos patrones que se nos han inculcado.
Pero si volvemos al concepto que encontré en el diccionario cuando busqué la palabra “Respetar”, tendremos la clave del asunto: “Conservar una cosa sin dañarla.”
Si echamos un vistazo a nuestro mundo veremos que el mismo está muy, pero muy dañado ¿Acaso alguien lo duda?
De nada nos sirve tanto progreso, tanta tecnología y conocimiento, si somos una pila de gente que va por la vida con el ceño fruncido, deprimidos o enfurecidos, matándonos entre países y hasta entre familiares, buscando siempre al Gurú que nos enseñe el secreto de una vida feliz o gastando nuestro dinero en medicinas para aliviar el dolor o en adicciones que nos permiten evadir por ratos ese mismo mundo “perfecto” que hemos creado.
Entonces, me pregunto ¿Para qué criar sin respeto, a la fuerza, con mano dura? ¿Para dañar la esencia de nuestros niños y seguir provocando más de lo mismo?
Yo mejor me quedo en el bando de los “locos”, de los “raros”, de los “hippies”……..y le sigo enseñando a mi hija que el Mundo del Ego no es todo lo que hay……..

Por Elvis Canino

domingo, 7 de agosto de 2011

HEY, PAPÁ.......ES CONTIGO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


"La sociedad es en todos los sitios una conspiración contra la personalidad de cada uno de sus miembros." (Ralph Waldo Emerson)

La Lactancia Materna es un acto de amor infinito en el que madre Hijo no solo cumplen un mero acto físico en el que se provee y se recibe alimento, como los ojos de la razón solo podrían verlo. Es mucho más que una función orgánica en la que un ser pasa un fluido de nutrientes a otro con el fin de garantizar la subsistencia de este último. Más allá de lo que nos puedan mostrar los ojos de la razón, cuando vemos a una madre amamantar a su bebé, estamos viendo uno de los intercambios de amor más intensos que cualquier función humana nos pudiera mostrar. Se trata de una especie de pacto que va mucho más allá de las funciones básicas animales de nuestra especie, o de cualquier otra. Se trata der una especie de “Aquí estoy, hijo” “Aquí estoy, Mamá”. Un pacto mágico. Cuando quieras contemplar el amor verdadero, este es uno de los actos donde mejor se expresa en su total magnificencia.

Pero aunque todo esto suene muy hermoso, existe una Guerra declarada de la Sociedad a la lactancia materna. Una guerra en la que cada vez se trata de acortar más el nexo Madre-teta-hijo en este hermoso y natural acto de “dar de mamar”. En la que se trata de involucrar un alimento creado en laboratorios (a partir de la leche de otra especie animal), que dice sustituir a la del pecho de la madre, como si de solo eso se tratara. En el que se utiliza el chupón (chupete) para satisfacer el instinto de succión del niño, como si también de solo eso se tratara. Donde se trata de reemplazar ese envase cálido, suave y repleto de amor llamado Teta por uno plástico, simple y carente de vida, llamado Biberón.

Una guerra donde muchos Pediatras son cómplices ciegos, mal informados por sus propias escuelas (Afortunadamente no todos) y confunden a la Madre diciendo que no puede dar de mamar, no tiene leche, el niño está bajo de peso, y una larga lista de “excusas de vendedor”, creadas para reemplazar o acompañar la teta real con la de plástico que se mide por onzas. Utilizando como referencia unos percentiles o tablas estándares de pesos y medidas, como si en vez de hablar de seres humanos únicos, habláramos de maquinarias diseñadas en serie a la medida de un ingeniero.

Una guerra donde la propia familia se encarga de hacerle la vida a cuadros (la mayoría de las veces sin darse cuenta) a la madre, quien no conforme con estar pasando por todo un proceso de cambios físicos, mentales y hormonales, debe también verse expuesta a una larga lista de juicios, observaciones, sugerencias, correcciones, críticas y en algunos casos hasta regaños que lejos de ayudar y dar paz, solo aumentan los niveles de confusión y estrés. Y lamentablemente convierten el hermoso intercambio de amor en una especie de acto condenable, que en la mayoría de los casos tratan de acortar a como dé lugar.

Todos hablan de su preocupación por la salud del niño: que si lo quieren ver gordito; que si debe tener los cachetes rosados; que si debe comer esto o lo otro, en vez de tanta teta; que si se va a malcriar y no servirá para nada. Y en muchos casos, estamos hablando de bebés que no llegan a los seis meses de edad.

Es lamentable y triste ver que cada vez son más las madres que comienzan a ver a la familia y el entorno más como un enemigo que como un apoyo. Y lo peor es que en la mayoría de los casos terminan cediendo (y no las culpo) ante tanta presión y terminan complaciendo a todos: suegros, padres, doctores, PAREJA. Trayendo como consecuencia el corte abrupto del tan importante nexo Madre-teta-hijo que debería ser inviolable por lo menos hasta que este último cumpla los dos años de edad. Y digo por lo menos, porque mientras más se prolongue, más beneficioso será para la salud, no solo física, sino también emocional del niño y del futuro adulto.

Pero existe una columna importantísima que debe convertirse no solo en apoyo, sino también en escudo y espada de la Madre y el bebé, en esta loca y despiadada guerra que la sociedad y el entorno le han declarado mientras amamanta; y es EL PADRE.

Es de vital importancia que el Padre se integre a este círculo de amor, que apoye, escuche, ayude en los quehaceres, dé amor, dé comprensión. Y lo más importante, COLOQUE EN SU LUGAR a todo, óigase bien, TODO el que se quiera meter en la relación Madre-Teta-hijo. Y con Todo quiero decir familia, médicos, vecinos, padres, suegros…….TODOS.

El nexo Madre-teta-bebé, debe estar rodeado solo de amor, paz, armonía y sobre todo de comprensión. Los juicios, las críticas y las observaciones están de más; no importa lo bienintencionados que sean, estorban. Cualquier cosa que altere a la madre o al bebé estorba. Cualquier cosa que aleje al niño de un futuro sano, no solo física sino también emocionalmente, estorba. Así que tú, PAPÁ, si me estás leyendo, coloca en una balanza por un lado la salud física, mental y emocional de tu pareja y tu bebé y por el otro la opinión del entorno. Y verás que la opinión de afuera se convierte en simple ruido. No solo eres un apoyo, eres una parte muy importante del nexo. Ustedes son un círculo, y absolutamente nadie debe romperlo!!!!!!!!

Por Elvis Canino