martes, 20 de enero de 2015

La Paternidad con Apego - Twittrevista a Elvis Canino para Felices Criando

El pasado mes de Diciembre recibí una maravillosa invitación a una “twittrevista” para la hermosa página Felicescriando. Había olvidado, entre tantas cosas y tanto trabajo, compartirla por esta vía.
No lo hago porque me guste presumir el ser entrevistado, ni nada eso. Lo hago porque considero que lo que aquí se dice es bastante importante, y porque me encantaría haber leído una entrevista de este tipo cuando me estrené como papá (Vaya que la habría valorado), ya que mi nivel de desinformación era extremo.
Acá se las dejo, espero la disfruten y le saquen provecho:
1. Que es criar con Apego?
La Crianza con Apego, es aquella que tiene como base y fundamento el amor, la contención, el respeto (bidireccional), la comunicación y la confianza.
En este estilo de crianza se escucha al niño, en vez de imponérsele. Se respetan sus opiniones y puntos de vista y se le aprecia incondicionalmente.
No existe en este estilo de crianza el chantaje, por lo que los premios y castigos están descartados.
El niño es tratado como un igual, que tiene derechos y que merece respeto. No, como se acostumbra en la crianza autoritaria, en la que se le impone un montón de deberes y jamás se habla de sus derechos.
La comunicación en este estilo de crianza es efectiva y bidireccional. Se escucha al niño y no se le imponen cosas porque sí.
Se enseña con el ejemplo, y no con palabras vacías. Y se resuelven los conflictos y diferencias desde el amor, el dialogo y las demostraciones de afecto incondicional.
Uno de los lemas de este estilo de crianza es: “Quiéreme cuando menos lo merezca, porque es cuando más lo necesito”.
2. ¿Por qué criar con apego?
El apego, el contacto, la contención y el amor son requisitos indispensables para la sana autoestima, la confianza en sí mismo y la construcción de unos cimientos en los que se afianzará la personalidad del niño.
En los primeros 7 años de vida se establece todo lo que va a ser la base estructural de la personalidad y del manejo de las emociones en lo que será el resto de su vida. Por lo que es importante en este período cultivar el respeto, la empatía, el amor sin condiciones y por supuesto la confianza.
La forma en que se le habla y trata al niño en sus primeros años de vida define y consolida la forma en que resolverá los conflictos, abordará las situaciones difíciles y manejará su vida emocional. De hecho, el tono de voz con que sus padres se dirijan a él en este período definirá esa voz interna o voz de su conciencia que le acompañará en su vida adulta. Por eso es tan común que la mayoría de nosotros (Quienes hemos sido educados desde el autoritarismo) tenga una voz interna agresiva y autoritaria que reprende y juzga constantemente, y pocas veces se dirige a nosotros con amor y paciencia.
Los niños devuelven lo que reciben. Por eso, deberíamos entender que si lo que les damos es amor, comprensión y respeto. Pues eso mismo recibiremos a cambio.
No es de extrañar que la crianza autoritaria y represiva termine siempre “pagando las facturas” cuando los niños alcanzan la adolescencia. Pues es allí que estos, que ya han dejado de ser seres indefensos y vulnerables, se hartan y comienzan a devolver todo lo que han recibido, como por ejemplo la poca comunicación, el irrespeto y la intolerancia.
3. ¿Cuál es el papel del Papa en la crianza?
Papá tiene un rol de protector  en los primeros años de vida. Debe sostener y apoyar a Mamá, especialmente en los dos primeros años (El Puerperio), para que esta pueda dedicarse y entregarse al bebé, que tanto lo necesita tanto física como emocionalmente.
Mamá recibirá muchas veces una especie de acción invasiva por parte del entorno, especialmente si decide dedicarse a la lactancia exclusiva y a la crianza respetuosa. Vecinos, amigos, familiares, desconocidos y hasta el mismo pediatra se colocan muchas veces en una posición de juicio y ataque. Condenando y tratando se sabotear las acciones instintivas, como por ejemplo la lactancia prolongada.
Es triste reconocerlo, pero muchos especialistas, que deberían estar bien informados sobre los beneficios de la lactancia y el contacto físico, parecen sumarse al ruido y la ignorancia del entorno. Pasando por encima incluso de recomendaciones de la OMS y la Unicef sobre los beneficios de la lactancia materna y del apego y el contacto para los bebés.
Me gusta llamar a Papá el “Bastión emocional”.
Miremos el ejemplo de una fortaleza. La fortaleza tiene un reducto fortificado que se proyecta al exterior de su cuerpo principal generalmente en una de las esquinas de la misma. Se llama Bastión, y es el punto fuerte de defensa contra el asalto de tropas enemigas o sea que es por donde se reciben los ataques, pues en eso debe convertirse papá, en un bastión emocional que protegerá a mamá y bebé de todos los ataques y especialmente del “ruido” del entorno.
Los bastiones se crearon cuando las defensas tradicionales ya no eran suficientemente fuertes para resistir cañonazos… ¿Y no es precisamente a cañonazos de juicio a lo que se ven expuestos mamá y bebé en este mundo moderno que condena y juzga cualquier cosa que nos reconecte con nuestros instintos más básicos, catalogando lo instintivo de “involutivo” y hasta de “bárbaro”?
Papá también deberá ayudar con los deberes del hogar en el puerperio, ¿Y por qué no? Después también.
Atenderá y dedicará tiempo exclusivo al niño, dando ratos de descanso a mamá. Esto último es importante para crear vínculo.
Algunos papás me han preguntado si deberían dar biberón para crear vínculo. Yo les respondo que no. Lo mejor es que mamá de lactancia exclusiva, y ustedes den tiempo exclusivo, jugando, abrazando, cambiando pañales, dando una vuelta a la manzana juntos. No hay mejor manera que esa de crear vínculo y fortalecer el apego.
4. ¿Cómo es un papa que cría con Apego?
Un hombre normal, que quizás disfrute del futbol, del béisbol, de coleccionar cosas o de la buena música. Lo que nos diferencia de un hombre que no cría con apego, es que vemos la crianza y educación de los hijos como un asunto de pareja. No delegamos todo a mamá. Si trabajamos fuera de casa, al llegar nos dedicamos a nuestros hijos. Jugamos con ellos, les atendemos y les escuchamos con atención. También apoyamos a nuestra pareja y le ayudamos con algunos deberes.
Por supuesto, somos mortales y humanos. Tenemos derecho a tener malos días y malos ratos. Pero aprendemos a resolver los conflictos de forma amorosa, a través del dialogo y la empatía. Pues justamente esa es la forma en que queremos que nuestros hijos resuelvan los asuntos en sus respectivas vidas.
Muchas veces los hombres, por vacíos emocionales y carencias de nuestra infancia, caemos en una actitud infantil de pretender más atención que la que mamá da al bebé. Nos sentimos en cierto modo desplazados, y nos ponemos celosos de nuestra propia cría. Esto es natural y normal. Los papás que criamos con apego y respeto también podemos pasar por esta etapa, pero entendemos que nuestro bebé no tiene culpa de nuestras carencias, entendemos que en este momento él necesita más que nosotros de la presencia y el contacto de mamá, y entendemos que no solo lo necesita sino que es vital para su supervivencia y para su estabilidad emocional. Así que dejamos los celos a un lado y nos dedicamos a apoyar a la díada mamá-bebé, que nos necesita como aliados y no como rivales.
5. ¿Que beneficios trae al hijo un papa que cría con Apego?
Muchísimos. Para empezar, un papá que cría con apego está muy lejos de ser una figura autoritaria, que dicta órdenes para que se obedezcan sin cuestionarlas. Por lo que construye una sana autoestima en sus hijos.
En mi trabajo como terapeuta y en mi propia experiencia de vida, he comprendido la relevancia negativa que tiene en nuestras vidas el haber crecido con papás impositivos, muchas veces hasta tiranos. Muchas personas tardan muchísimo en sanar las heridas que les ha dejado ese estilo de crianza represiva en la que muchas veces el maltrato era una constante.
Las huellas que esto deja nos repercute e influye a lo largo de nuestra vida en la forma como manejamos las situaciones difíciles, en la forma en que tratamos a los demás, en la salud, en la prosperidad y hasta en el tipo de pareja que buscamos. Conozco personalmente casos de mujeres que han pasado años recibiendo maltrato de parte de su pareja, que se dan cuenta que soportaban dicha situación porque en el fondo creían que se lo merecían. Muchas veces este último mensaje era el que sus padres se habían encargado de repetirles una y otra vez.
Como bien he dicho, una crianza respetuosa es la base sobre la que se construye el autoestima y se establecen los valores de vida y los mecanismos emocionales con que enfrentaremos la misma. Por lo tanto los beneficios ni siquiera tienen que describirse. Pues son la empatía, el amor propio, los buenos patrones de comunicación, y hasta la salud.
Tomando en cuenta todo esto, podemos ver claramente que los beneficios no son solamente para el niño, sino que también los recibe el entorno directo y por supuesto la misma sociedad.
Estoy totalmente convencido de que no se puede establecer una sociedad sana con los viejos patrones del autoritarismo. La única forma que hay de construir un mundo nuevo es establecer sus cimientos en el amor, el respeto y la tolerancia. Y esto solo lo lograrán un nacimiento humanizado, una crianza con apego y respeto y una nueva educación basada en la empatía, el amor y la conexión con nosotros mismos y nuestra verdadera esencia.
6. ¿Por qué crees tú que aún hay tendencias que creen que criar con apego es "malcriar" o formar "pequeños tiranos?
Porque aún tenemos sembrados los viejos valores patriarcales de la crianza autoritaria, que asegura que el castigo y la represión son sanos y no dejan secuelas.
También hay quienes confunden la crianza respetuosa con la permisividad total y el libertinaje. Existe mucha ignorancia sobre el tema, y por supuesto a muchas personas las atemoriza perder el control de la situación.
Primero que nada es necesario aclarar que la crianza con apego dista mucho de ser algo anárquico, sin reglas ni valores. Al contrario, es un estilo de crianza y educación que se fundamente en la comunicación y el diálogo.
El mundo se ahorraría muchos problemas si sus líderes tuvieran como prioridad escuchar a los demás y ponerse en los zapatos del otro, eso justamente es lo que enseñan la crianza y la educación respetuosa y con apego.
También es importante revisar qué es lo que queremos de nuestros niños, si queremos que sean obedientes ciegos, que no cuestionen nada, que simplemente sigan la fila y permitan que otros decidan por ellos, que no hagan ruido, que no molesten, que no tengan pensamiento propio, que no desarrollen plenamente su propia personalidad, pues la crianza autoritaria nos cae como anillo al dedo.
Ahora, si lo yo deseo de mis hijos es que tengan una sana autoestima, que cuestionen las cosas, que desarrollen empatía, que traten con respeto a los otros y también exijan ser respetados, que sean creadores de su mundo, que sean felices sin necesidad de tener que agradar a los demás, que encuentren su propio camino y se conecten con su misión de vida, pues la crianza autoritaria estará muy lejos de llevarme a allí. En este caso la crianza con apego y respeto será la mejor opción.
7. Qué hacer cuando papa no existe en el plano físico?(fallecimiento)
Cuando papá se ha marchado de este mundo, obviamente deja una huella y un vacío tanto en el niño como en la pareja. La recomendación acá es, antes que nada, vivir sanamente el duelo. No evadirlo ni buscar distracciones, sino más bien vivirlo y enfrentarlo.
Siendo sinceros con nuestros hijos acerca de cómo nos sentimos, de lo que pensamos sobre lo que sucedió. Y permitiéndoles también expresar lo que ellos sienten.
Recomiendo para encarar el duelo con los niños, elaborar una carta de agradecimiento y despedida al papá que se fue. Mamá elabora una y el niño otra, pero ambos lo hacen juntos. Se vale llorar, reír, escuchar una canción que gustaba a papá, cantarla o tararearla juntos, contarse cosas que recuerdan de papá, etc. Si el niño es muy pequeño la carta la debe hacer sólo mamá, pero contando y expresando todo al niño. Es una maravillosa forma de encarar el duelo juntos y de soltar aquello que haya quedado guardado y sin sacar a la luz. El duelo hay que sentirlo, hay que expresarlo, sacarlo y bendecirlo.
Normalmente el entorno nos recomienda lo contrario, que es la evasión. Nos aconsejan distraernos y no hablar más del asunto. Esto no solo es dañino, sino que deja las heridas frescas y sin sanar.
También aconsejo a las mamás que pasan por esta situación visualizar a su pareja fallecida a su lado, cuando tengan que comunicarse con sus hijos. El vacío que ellos han dejado, muchas veces dificulta la comunicación y el entendimiento entre madre e hijo. El solo imaginar que papá está al lado de ustedes ayuda muchísimo a que la comunicación se haga efectiva y el mensaje llegue claro. Eso, obviamente, si acompañamos lo que vamos a decir con el amor y el respeto.
8. ¿Cómo estrecha vínculos un papa que no vive en casa? (divorcio)
Papá debe tener claro que él se ha divorciado de su pareja, no de sus hijos. Lo primero que aconsejo en estos casos es que papá, en caso de que sea quien se vaya de casa, no se aleje de sus niños. Que mantenga el contacto físico y les llame siempre que pueda, para que ellos tengan claro que se separó de mamá, más no de ellos.
Mi sugerencia para papá y mamá en estos casos es que no caigan en el error de hablar mal del otro frente a sus hijos, no deben mal ponerlos o desahogar su ira hacia el otro, y mucho menos tratar de manipular el cariño y le respeto de los niños poniéndoles en contra de uno de su progenitores. Esto no daña a su expareja, daña a sus hijos. Les destruye el autoestima y el respeto por ellos mismos, y deja huellas que son difíciles de borrar y de sanar.
Si papá incumple con los compromisos acordados en el divorcio, deben sentarse a dialogar primero de forma sana y constructiva para llegar a un nuevo acuerdo, de no llegar a nada, pues mamá deberá recurrir a las instancias legales, pero sin involucrar emocionalmente a sus hijos.
En estos casos, aconsejo responder a las preguntas a sus hijos sin mentiras ni distracciones, pero evitando el chantaje o la expresión descontrolada de ira hacia el otro. Por ejemplo, es preferible decirles que papá quizás esté pasando por un momento de desorientación y aún no se ha dado cuenta de que debe cumplir con ciertos compromisos. Y no cosas como que papá es un irresponsable, un mal hombre o un descarado traidor.
Recuerden que la imagen que tiene un niño de papá y mamá definen su relación con lo masculino y con lo femenino a lo largo de su existencia. Por eso es tan importante que papá y mamá se esmeren en desempeñar sus roles de la mejor manera posible, siendo responsables, respetuosos, cariñosos, empáticos, comprensivos, abiertos al diálogo, y por supuesto predicando con el ejemplo.
Recuerden esto: ¡Más vale lo que haces, que lo que dices!
9. Y cuéntanos ¿Cómo llegaste a la Crianza con apego?
Definitivamente fue la paternidad la que me activó ese “chip” de papá que cría con apego y respeto. Llegué como llega la mayoría, perdido y desorientado. Me pregunté lo que se preguntan muchos papás: ¿Y ahora qué hago? ¿Y el manual dónde está? El abrazar por primera vez a mi hija y mirarle a los ojos activó algo en mí. Algo que jamás podré describir con palabras. Quizá por ello nadie me lo había contado. Es como si mi hija me hubiese dicho con la mirada: "Tranquilo, te escogí por algo. Confío en ti!"
Por supuesto, fue algo que me costó asimilar. A la mayoría de los hombres se nos desconecta de eso, desde muy temprano. Se nos dice que no debemos llorar, que no debemos jugar con muñecas, que debemos ser "machitos"... y eso implica desconectarnos de nuestras emociones.
Aconsejo a los papás primerizos, que se dejen llevar.
Que establezcan ese vínculo con sus bebés.
Que confíen en esa vocecita que habla muy dentro de ellos. Y que dejen de escuchar a los "opinólogos" de turno.
Que se permitan amar, abrazar, llorar, reír, saltar.
Que aprovechen la oportunidad que les da la paternidad para abrazar a ese niño que aún vive dentro de ellos que aún puede sentirse asustado, y hasta resentido por el abandono a que se le sometió.
Cuando el mundo les obligó a "crecer", sacrificando la inocencia y la pureza que todos traemos al mundo y que perdemos cuando éste nos contamina.
Permítanse ser niños de nuevo, permítanse sentir... ...y jamás se avergüencen de demostrar amor. Creo que esa es la clave para conectarnos con esa nueva paternidad que tanto necesita el mundo! :)

viernes, 2 de enero de 2015

¡Vaya suerte que tiene el niño Jesús!…

En estos momentos, y desde la madrugada del 25 de Diciembre, María amamanta al niño en la intimidad del establo, mientras José la apoya y realiza las labores necesarias para que ella se sienta a gusto.

No recibirán ninguna visita hasta el 6 de Enero. Fecha en la que esperan la llegada de tres maestros bondadosos que vienen desde muy lejos a hablarles sobre la importancia del apoyo emocional de papá durante todo el puerperio, el amor incondicional y una crianza respetuosa y sin castigos. Además traerán consigo muchísimas provisiones para que los orgullosos padres puedan seguir dando amor, calor y protección sin la intromisión de los “opinólogos” de turno de Belén.

Por cierto, se sabe que uno de los señores esperados es un destacado Pediatra (pro-lactancia y pro-respeto a los niños), que dará sugerencias y tips para que la dedicada madre logre una lactancia prolongada y feliz.

José ha decidido no avisar a ningún familiar por ahora, por lo que a María se le garantiza un buen período de paz, libre de consejos no pedidos y bombardeo de sugerencias infundadas que solo la atormentarían y le harían imposible el sentirse tranquila.

Los animales del establo, únicos testigos presenciales del hermoso acontecimiento, contemplan deleitados cómo la feliz madre abraza y no despega ni por un momento al bebé de su pecho y su calor. Reconocen al trío como de la misma familia, la de los mamíferos.

Llegaron los tres maestros; algunos los llamaban Reyes; otros, Magos. Tuvieron una larga conversación con los recién estrenados padres. Dejaron los regalos, las instrucciones y decidieron marcharse pronto, para no perturbar la intimidad de la triada.

José y María tomaron, a raíz de la conversación, algunas firmes decisiones, muchas de las cuales ya pasaban por su cabeza, quizás inspiradas por el instinto o la intuición.

Entre ellas, destacaban las siguientes:

*Criarían a su bebé con amor y respeto incondicional.

*Se apoyarían mutuamente, como pareja y como únicos responsables directos de la crianza y educación de su prole.

*María amamantaría a su bebé el mayor tiempo (Hasta los dos años o preferiblemente más), por lo que José debería seguir realizando la mayor cantidad de tareas posible (Además de atender su trabajo), a fin de que la meta se cumpla con un nivel de estrés bajo, o preferiblemente nulo.

*Mantendrían a los opinólogos de turno y pediatras anti-lactancia lejos. Así se 
sentirían muchísimo más tranquilos y relajados.

*Jamás dejarían llorar a su bebé. Atenderían sus necesidades siempre. No lo dejarían nunca solo en una cama, corral, coche o cualquier otro artilugio diseñado para fomentar el desapego.

*Jamás castigarían a su hijo. Encontrarían mejores maneras de resolver los conflictos y de educarlo.

*Jamás aceptarían ningún tipo de maltrato como método de disciplina. Estarían plenamente conscientes de que dichos métodos, lejos de enseñar, dejan secuelas difíciles de borrar.

*Se amarían en las buenas en las malas, tendrían muchísima paciencia (tanto entre ellos, como con su hijo) y sabrían perdonarse (y perdonarlo) cuantas veces fuese necesario.

*Serían una pareja común y corriente, sin pretensiones de perfección, sin egocentrismo, sin juicios ni intolerancia hacia quienes piensen distinto a ellos. Eso sí, exigirían el mismo respeto hacia su forma de criar y educar.

*José respetaría el puerperio de María. No exigiría atención o complacencia más allá de la que ella debe dedicarle al niño. Respetaría la necesidad que ella tiene de intimidad con su bebé, por lo que se mantendría un buen tiempo en abstención sexual, recordando que su pareja necesita recuperarse del parto, y que sus hormonas deben abocarse al apego y la lactancia de su cría. Entendería que no es desamor para con él, y jamás adoptaría una conducta infantilizada y demandante, motivada por las carencias emocionales de su propia infancia. Se comportaría con la madurez y la sensibilidad de un hombre feliz y pleno.

Cuando los Reyes magos se retiraron, un pastor los miró pasar con expresión de satisfacción, como quienes, a todas luces, han cumplido con su deber. Y escuchó a uno de ellos (posiblemente el pediatra) decir a sus compañeros, mientras sonreía: - ¡Vaya suerte que tiene el niño Jesús!


Por Elvis Canino