sábado, 10 de diciembre de 2011

SIN AMOR NO HAY FUTURO

"Cada niño que viene al mundo nos dice: Dios aún espera del hombre."

(Rabindranath Tagore)

Hace unos días la opinión publica de mi país fue consternada con la terrible noticia de la violación y posterior asesinato de un niño de 5 años en Guanare . La supuesta impunidad de dicho delito generó incluso fuertes protestas que paralizaron una población e incluyeron saqueos y detenciones civiles. Las consecuencias de la violencia generada por el descontento popular han originado pronunciamientos oficiales por parte de las autoridades, donde incluso se habla de fomentar campañas en contra del Maltrato Infantil, cosa que no entiendo por qué no ha sido una prioridad desde siempre, o por lo menos desde hace un buen tiempo.

Personalmente lamento muchísimo ver que solo un terrible y brutal acto como el referido sea lo que haga reaccionar a la mayoría; especialmente cuando la indiferencia hacia el maltrato en todas sus formas y niveles es una constante del día a día en cualquiera de nuestras sociedades. Contrario a esto, la amonestación física y psicológica como método de disciplina y enseñanza para con los niños, es bien vista y aceptada por una gran mayoría, incluidos padres, abuelos, educadores, políticos y hasta médicos.

Castigar a un niño, no solo es común sino que se considera necesario para su formación como “ciudadano de bien”. Con alegatos como: “A mí me dieron bastante palo y heme aquí, gracias a eso soy un hombre de bien” pretenden convencernos de que el castigo es necesario para que una persona se comporte de forma correcta y no se meta en problemas en la adultez. Y recordemos que el castigo no solo es físico, de hecho el castigo psicológico suele dejar en muchos casos peores secuelas.

Lo que quien se toma este alegato como justificación ignora, es que el 90 % de cualquier población carcelaria desconoció totalmente la crianza con amor en sus primeros años de vida, y la mayoría de estas personas jamás recibió un gesto de cariño de parte de sus progenitores o de su entorno, óigase bien…..jamás.

Una pregunta que siempre hago a los defensores del castigo es ¿Por qué hay tanta “gente de bien”, gracias a los "palos en la infancia", que vive una vida infeliz? Haciendo lo que no les gusta para sobrevivir, estresados, enfermos, adictos, sin rumbo cierto, sin armonía en sus hogares….viviendo por vivir.

Ninguna verdadera propuesta de Revolución humana, que incluya el amor y la no violencia como valores principales, puede ir en sentido contrario a la Crianza con amor. De hecho el respeto a la vida desde un Parto Humanizado es más que una prioridad, es una verdadera emergencia si queremos sobrevivir como especie.

Los niños son recibidos con violencia en un quirófano hostil y frío; son separados de su madre por horas apenas llegan al Mundo; en ocasiones se les aísla en un Retén donde su única compañía son otros niños tan asustados y desorientados como ellos; luego la sociedad obliga a sus madres a dejarlos en sus primeros meses al cuidado de terceros, para poder reintegrarse ellas como seres productivos; son encerrados por horas en entornos, generalmente aislados de la naturaleza, donde se les obliga a pensar igual y se les mata la creatividad; el entorno adulto vigila que ninguna conducta desaprobada sea pasada por alto prácticamente obligando a los padres, tutores y maestros a “aleccionar” cada vez que sea necesario…. ¿Así pretendemos cambiar nuestro mundo? ¿Acabar con la violencia, con las guerras, con los crímenes?

Es hora de que el respeto a los niños sea una materia obligada para la Sociedad, es hora de que se condene y se corrija a tiempo cualquier acto violento contra cualquier niño por parte de quien sea, especialmente si es de sus progenitores. Los niños no son propiedad de los padres, de hecho no son propiedad de nadie. No vienen al mundo para que sus tutores jueguen a amaestrar cachorros, no vienen al mundo para que nos burlemos de sus ideas, para que los hagamos callar “cuando hablamos nosotros”, para que les irrespetemos y les tratemos como seres incompletos.

Muy al contrario, ellos vienen a recordarnos quienes somos verdaderamente, vienen a enseñarnos (a muchos adultos no les gusta que se les diga esto), vienen a ser amados, a ser respetados, a ser tratados como lo que son: nuestros Maestros.

Debemos convencernos de algo: no vivimos en el pasado, ya no tenemos el tiempo que tenían nuestros abuelos para cometer los mismos errores una y otra vez, basta asomarse al mundo para saber que sin un cambio de actitud los historiadores muy pronto no van a tener mucho que contar….

Tenemos que terminar de convencernos de que los “niños de hoy” no están aquí por casualidad, la mayoría no tenemos ni remota idea del tamaño de la responsabilidad que nos ha tocado como guías de las nuevas generaciones....y qué guías....

Por favor mediten bien sobre esto: Sin amor…..no hay futuro…..


Por Elvis Canino