miércoles, 7 de abril de 2010

LA “OVEJA NEGRA”

Tus hijos son seres repletos de luz pura que llegaron a este mundo material, utilizándote como canal; no es para nada casual que hayan venido a través de tí, estoy seguro de que por algo te escogieron a tí y no al vecino de al lado o a la estrella de cine que vive en Beverly Hills. Nuestro mundo adulto tiene una especie de aversión hacia las características sanas y normales de un niño como la curiosidad, la inteligencia, la personalidad propia y la búsqueda de objeciones. Existe un patrón a ser aceptado que es el del “niño obediente y sumiso”, con excelente rendimiento en materias escolares que no le resolverán ninguno de los problemas existenciales a lo largo de la vida, y que está dispuesto a acatar cualquier orden de padres, maestros y demás autoridades por más absurdas que estas sean. Se condena y etiqueta de rebelde y “oveja negra” al niño que se niega a seguir el rebaño, que se niega a acatar órdenes estúpidas y carentes de sentido, que se niega a dormir cuando no tiene sueño o a comer cuando no tiene hambre.

Pues resulta que todas estas etiquetas y razones que lo hacen “oveja negra” son perfectas características de un niño normal, sano y lo que es más importante “inteligente”. La inteligencia más que ser la absurda asimilación de datos, fechas, personajes y reglas sin sentido; es la capacidad de discernir, de analizar y de tomar decisiones propias asumiendo la responsabilidad por ellas y siendo indiferente a si el rebaño las aprueba o no.

Pienso que si nuestras sociedades dejaran de atacar, neutralizar, medicar y lavar el cerebro a las “ovejas negras”, el mundo estaría en mejores condiciones y los psiquiatras se quedarían sin empleo. Se los dice una “oveja negra”………..

(Por Elvis Canino)



domingo, 28 de marzo de 2010

ALEGRÍA


Nadie le permite a sus hijos bailar, cantar, gritar y saltar. Por razones triviales -quizás pueden romper algo, quizás se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior-, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría.
El niño obediente es elogiado por sus padres, por sus profesores, por todo el mundo, y el niño juguetón es censurado. Sus ganas de jugar podrían ser totalmente inofensivas, pero es censurado porque existe un peligro potencial de rebelión. Si el niño continúa creciendo con total libertad para ser juguetón, acabará siendo un rebelde. No será fácilmente esclavizado; no le podrán reclutar fácilmente en un ejército para destruir gente, o para que le destruyan.
El niño rebelde se convertirá en un joven rebelde. Entonces no podrás obligarle a que se case; no podrás obligarle a aceptar un determinado empleo; no se le podrá ser obligar a satisfacer los deseos incompletos, y los anhelos de sus padres. La juventud rebelde seguirá su propio camino. Vivirá su propia su vida de acuerdo a sus a sus deseos más íntimos, no de acuerdo a los ideales de otra persona.
Por todas estas razones, se sofoca su capacidad de jugar, se aplasta desde el principio.
Nunca se le da una oportunidad a tu naturaleza. Poco a poco empiezas a cargar con un niño muerto en tu interior. Este niño muerto en tu interior destruye tu sentido del humor: no puedes reírte totalmente, con todo tu corazón, no puedes jugar, no puedes disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Te vuelves tan serio que tu vida, en vez de expandirse, comienza a encogerse.
La vida debe ser, en cada momento, una creatividad preciosa. No importa lo que crees, podrían ser sólo castillos en la arena, pero todo lo que haces debería salir de tu capacidad de jugar y de tu alegría.
(Osho)

lunes, 15 de marzo de 2010

CRIAR A UN HIJO REQUIERE MÁS CARIÑO Y MENOS INSTRUCCIONES (Carlos Gonzales - Pediatra)


Los niños no nacen con instrucciones ni falta que hace. Así lo defiende Carlos González, uno de los pediatras que más consultas recibe sobre el cuidado de los hijos, 5.000 nada menos. Su secreto reside en aplicar el sentido común y su estrategia no es otra que amar al niño por encima del agotamiento, del estrés y de la desesperación. Como padre de tres hijos sabe lo que es no dormir por la noche durante meses y lo incompatible que resulta en este país (España) conciliar la vida laboral y la familiar. Recalca que los niños no lloran por molestar sino porque lo pasan mal y lo que quieren es estar con sus padres, sobre todo con la madre. Defensor de la la lactancia materna, no comulga con la idea de que los niños pasen muchas horas en la guardería, salvo cuando sea estrictamente necesario e invita a reflexionar sobre seguir el modelo de muchos países nórdicos de un cuidador por cada tres o cuatro niños.

¿Qué se necesita para criar a un bebé de "forma natural"?

La crianza natural engloba acciones como responder al llanto del niño, hacerle caso, procurar estar con él sin miedo a que se malcríe, etc. Y, por otra parte, aunque normalmente incluye la lactancia materna, una madre que no da el pecho también puede criar a su hijo de forma natural.

¿La crianza natural es tan importante como la lactancia natural?

Es más importante porque a lo largo del siglo XX y finales del XIX se nos ha hecho muy difícil criar a nuestros hijos. Se han difundido toda una serie de normas acerca de que no hay que cogerlo en brazos porque se malcría, como que llorar es bueno para los pulmones, como que no hay que meterlo en la cama contigo porque no saldrá en la vida... hasta el punto de que criar a los niños es casi algo molesto. Pero si no tienes a tu hijo para cogerle en brazos y contarle cuentos, para qué lo tienes.

Esa es la teoría del "malcriamiento" que critica en sus libros

Sí, las personas deben comprender que malcriar es criar mal. Malcriar no es cogerle mucho en brazos, estar mucho con él o cantarle muchas canciones. Malcriar es no hacerle caso, abandonarle....

"En Alemania sólo el 6% de los niños acuden a la guardería antes de los tres años y en Finlandia el porcentaje es menor todavía"

¿Pero usted cree que ahora se malcría a los niños, de acuerdo a la definición que acaba de exponer?

Hay de todo. Depende de la teorías que hayan seguido los padres y de las circunstancias socio económicas. Me refiero a aquello de que si no haces lo que piensas, acabarás pensando lo que haces; los padres que se ven más o menos obligados a dejar al niño muchas horas porque tienen que ir a trabajar para pagar la hipoteca acabarán pensando que eso es lo mejor para el niño porque en la guardería les estimulan mucho y les tratan muy bien. Si pensasen que en la guardería hay muchos niños y no hay tiempo material para estimularles, se sentirían mucho peor.

¿Las propias condiciones de vida en las que nos movemos en la sociedad actual invitan a la malcrianza?

Sí, el problema es que se puede formar con facilidad un círculo vicioso, es decir si sabes que lo está ocurriendo está mal, aunque no quede más remedio que hacerlo, intentarás cambiarlo. Pero si llegas a creerte que está bien, ya te quedas así. En Alemania sólo el 6% de los niños acuden a la guardería antes de los tres años y en Finlandia el porcentaje es menor todavía, y son países con un mejor rendimiento académico que el nuestro.

Pero para disfrutar de estos estándares que predominan en otros países hace falta pagar más impuestos, y que las empresas cambien de actitud.

Bueno, en esos países también han tenido que tomar decisiones, a mí me han dicho que ya tenemos brotes verdes. Habría que empezar a pensar en qué nos gastamos el dinero.

Una pareja joven trabajadora y sin familia cerca del hogar no tiene otra opción que dejar a su hijo en la guardería. ¿Está malcriando a su hijo?

No hay una sola manera de criar bien a un hijo ni hay una sola manera de criarlo mal. A mí lo que me molesta es que haya gente por un lado que tiene buenas ideas a la que engañan y le hacen creer otra cosa: "yo lo cogería en brazos, pero no lo hago porque dicen que se malcría" o "yo lo metería en la cama con nosotros cuando llora pero no lo hago porque me han dicho que tendrá problemas de sueño toda su vida". Personas que se están sacrificando haciendo cosas que en el fondo les molestan y no son naturales, que no les gustan pero lo hacen por seguir las normas que fijan otras personas. Y, por otra parte, hay quienes toman decisiones que es posible que a lo largo de un tiempo se arrepientan porque no tienen todos los datos en la ecuación para poderse decidir. Si te dicen: "trabajar los dos es imprescindible" y por otro lado, "el niño en la guardería está de maravilla". Aquí no hay problema. Pero si te explicasen que en la mayoría de los países occidentales el máximo de los bebés por cuidador en una guardería es de cuatro legalmente, en otros de tres y en España es de ocho... igual la conclusión a la que llegarían los padres sería diferente. Se trata de reflexionar sobre cuánto dinero te puedes gastar en coche, cuánto en unas vacaciones, cuánto en comprar un apartamento en la playa y cuánto en criar a tu hijo.

Es una cuestión de prioridades, entonces.

Exacto. Los padres tienen que tomar la decisión con libertad y yo lo que hago es darles toda la información necesaria para ayudarles a que la tomen. Estoy convencido de que no hacen falta libros para criar a un hijo y no quiero que los hijos tengan manual de instrucciones. Es necesario más cariño y menos instrucciones para criar a un niño. Para aprender es mejor hablar y estar con un grupo de madres con sus hijos que leerse un libro en casa.

El instinto también es importante, ¿hay que dejarse llevar por él?

Es importante y en algunas cosas sí hay que dejarse llevar y en otras no. Nuestro instinto nos dice que cuidemos a nuestros hijos y es positivo, pero también nos dice que cuando alguien nos molesta hay que pegarle un bofetón y no lo hacemos.

Y en el caso de los niños, ¿el instinto hay que seguirlo o no?

La mayoría de las veces sí porque el instinto ha ayudado durante millones de años a los padres a cuidar a sus hijos, de lo contrario no estaríamos aquí.

Entonces, guarderías ¿sí o no?

Debería ser sólo cuando no hubiera más remedio. Sería conveniente cambiar nuestro sistema socio-económico para que en la mayoría de los casos no fuera imprescindible llevar al niño a la guardería, y para aquellos casos en los que sí fuera imprescindible habría que hacer mejores guarderías.

El consuelo es que en la guardería se socializan, ¿no?

La socialización no necesita para nada guarderías porque de entrada los niños pequeños no se socializan. Es a partir de los tres años aproximadamente cuando empiezan a jugar unos con otros. Y eso lo pueden hacer en otros sitios. Muchas veces pensamos que los niños cambian porque les educamos y en algunos aspectos es así, sin duda, pero la mayoría de los cambios que experimentan los niños se deben a que crecen. A los dos años dicen unas cosas, a los cinco otras y a los doce otras.

"Malcriar a un niño no es cogerle mucho en brazos, estar mucho con él o cantarle muchas canciones. Malcriar es no hacerle caso, abandonarle?"

Abuelos. ¿sí o no?

Los abuelos son lo mejor que hay después de los padres. Es muy positivo que los abuelos participen mucho en la vida del niño. Puestos a separarse durante siete horas de la madre, seguro que para un niño de dos años es mejor estar con los abuelos que estar hasta siete horas en la guardería. Ahora, tampoco recomiendo que estén siete horas con los abuelos porque lo que el niño realmente necesita es estar con sus padres, sobre todo con la madre. Los padres enseguida aprendemos que esa pregunta de a quién quieres más a tu mamá o tu papá sobra.

Entonces, ¿dónde queda en la crianza del niño la figura del padre?

Todos los niños necesitan tener un vínculo afectivo con una persona concreta, según la teoría se le llama "figura primaria", y en la práctica se le llama mamá. Puede no ser la madre y un niño puede establecer su vínculo primario con la abuela, el padre... . Lo que es seguro es que hay solo uno primario, el resto son secundarios. El padre, si se esfuerza un poco, puede disfrutar de los primeros puestos entre los secundarios, pero se tiene que esforzar. No puedes pretender que tu hijo te quiera mucho porque es su papel de hijo. Si el padre quiere tener un papel activo tendrá que dedicarle tiempo al niño. Pero como todo en esta vida, cuantas más horas le dediques, mejor saldrá. Son necesarias las dos cosas, pasar con el niño mucho tiempo y que ese tiempo sea de calidad. Luego ya, con el tiempo, los niños van necesitando más del padre.

Se habla mucho del tiempo de calidad, "poco tiempo con los niños pero de calidad"

Los niños están enamorados de sus madres y hay que saber que una separación con la madre durante tantas horas tiene como consecuencias que el niño se enfade, que pegue un manotazo...

¿Entonces con los bebés hay que tener tolerancia total?

No, tolerancia en todas las cosas que se pueden tolerar.

¿Cuáles no se pueden tolerar?

Cada cual tiene que tomar sus decisiones, seguro que si ves a tu hijo tirando macetas por el balcón o abriendo la llave del gas se lo vas a impedir. Pero si el bebé llora y reclama atención las 24 horas del día, no es que haya que tolerarlo, es que eso es tener un bebé normal.

Y qué hay de la necesidad de tener tiempo para los padres.

No es excluyente, por qué no estar con tu hijo. Cuando te casas todos están de acuerdo en que tu vida de soltero se acabó, no sé por qué nadie te dice cuando tienes un hijo que hay que hacer una despedida de pareja en el último mes de embarazo.

¿Estas opiniones que defiende están extendidas en la comunidad científica es un poco outsider?

Me da la impresión de que empecé como outsider, pero cada vez lo soy menos.

El sueño es uno de los quebraderos de cabeza de los padres con los bebés. ¿Algún consejo?

Creo que antes los padres lo daban por sentado, ya sabían que tener un hijo significaba pasar la noche en vela y a nadie se le ocurría que ese era un problema médico que había que consultarle al pediatra. En todo caso igual le pedían al médico de adultos vitaminas para soportar esas noches. Pero, claro, se han creado unas expectativas... a los padres les han dicho por una parte que los niños tienen que dormir solos y por la noche del tirón. Mis padres, por ejemplo, no sabían eso. Yo he dormido con mis padres hasta los seis años, por tanto ellos no sabían que había que dormir solos y como no había otra habitación en la casa... Por otra parte, se ha creado un temor, se les dice a los padres que "si el niño no hace esto de esta manera va a tener problemas cuando sea mayor, no va a salir nunca de la cama de los padres..." y todos se preocupan. Pero no es cierto que los bebés tengan que dormir solos -porque se ve clarísimo que les gusta dormir en compañía- . Cómo se puede hacer más caso a lo que lees en un libro que lo que ves cada día con tus propios ojos. Es el instinto reforzado por la observación. Me escriben madres que me dicen "cuando le dejo al niño en la cuna llora y sólo se calma cuando le cojo en brazos". Ya ha encontrado la solución. Nadie se quejaría ni se sorprendería si le recomendara unas pastillas homeopáticas para que se calmara o le hiciera un masaje... entonces ¿por qué causa tanto problema aceptar que el bebé se calma con el pecho y cuando se le coge?. Siempre da la impresión de que es una desgracia, nadie dice: qué maravilla, cada vez que mi hijo se despierta me lo meto en la cama y se vuelve a dormir enseguida. Es una solución fácil, barata.

Pero requiere esfuerzo

No, no. Lo que precisa esfuerzo es lo otro. Si yo recomendara que cada vez que el niño se despierte es necesario que los padres se levanten y le den un masaje ... eso sí es esfuerzo.

¿Cuál es el sueño normal de un bebé?

No hay pautas. Si un bebé se despierta muchas veces por la noche el problema lo tienes tú que te tienes que levantar a la mañana para ir a trabajar porque luego el bebé sigue durmiendo. Todos los bebés acaban durmiendo las horas que necesitan y si no lo hacen por la noche lo harán durante el día.

¿Sus hijos le han dejado dormir bien?

Bueno, han hecho lo que han podido. Cuando tienes hijos no duermes igual, aunque eso no signifique que duermas peor. Recuerdo una época en la que me despertaba para estar de noche con mis hijos pero no lo recuerdo como un momento de desesperación. Eso es como cuando te vas de marcha por la noche, la pregunta es: ¿qué bien o qué mal lo he pasado?

El problema es que si estás una semana seguida de marcha y hay que trabajar se puede llegar a la conclusión de no querer salir de marcha.

O no querer trabajar. Está claro que no se duerme con la misma intensidad, pero tener hijos es esto, dedicarles tiempo, estar con ellos, consolarles cuando lloran, contestar a sus interminables preguntas.......

Son muchos los que dicen que los niños se guían por rutinas, ¿es así?

No creo que las rutinas sean necesarias y convenientes para el desarrollo de un niño y habría que ver si tu vida es más fácil con rutinas. Estoy convencido de que no son necesarias las rutinas porque los niños se adaptan a muchas cosas distintas, igual que los adultos. Por eso creo que si en algo tenemos que ayudar a nuestros hijos en su educación es a no tener rutinas. Yo quiero tener un hijo adaptable no un hijo que tenga rutinas.

(Carlos Gonzales - Pediatra)

miércoles, 24 de febrero de 2010

PAPÁS MATERNALES?



No es para nada casual que hoy día se vea con mucha frecuencia a los papás desempeñando un rol casi maternal. El papá que carga y abraza con mucha ternura y delicadeza, el papá que cambia pañales como todo un experto, el papá que da tetero con la misma cara de amor que tendría una madre amamantando, el papá que carga el bolso lleno de pañales, toallitas y demás implementos de cuidado infantil que distan de parecerse a una llave de mecánica.

¿A que se debe esto?

A mí, particularmente, me parece que existe un despertar de ese instinto materno que es muy normal en el género masculino, pero que las sociedades han querido extirpar y reemplazar por el aún vigente, pero obsoleto machismo.

El ser humano es un ser dual que funciona complementando sus dos esencias: masculino y femenino. Ambas esencias deberían estar en perfecto equilibrio, pero se han visto alteradas con tanta normativa y etiqueta social, y tanta clasificación impuesta sobre lo que es blanco y lo que es negro.

Nuestro mundo adulto ha alterado en tal grado dicho equilibrio, que hemos crecido escuchando y repitiendo que el hombre no debe expresar sentimientos y mucho menos ternura. ¿Quién no ha oído las típicas siguientes frases?:

“Los hombres no lloran”

“Aguanta como un machito”

“La cocina es para las mujeres”

“Eres una mamita llorona”

Bla, bla, bla…………..

Hoy día, aunque la mayoría no lo reconozca, se ha ido gestando un despertar de esa ternura protectora instintiva del padre. Aunque a veces no nos demos cuenta, escuchamos más al corazón que a la razón. Una buena parte de las personas, aunque repita los mismos patrones violentos y severos con los que fueron educados, saben muy en el fondo que no está bien. El ser humano es un ser de Amor, no de violencia. No importa lo que veas alrededor o lo que leas en la prensa………esa no es la verdadera naturaleza del hombre……..la esencia del hombre es el amor………

La humanidad termina de despertar, pero ese es otro rollo……… por ahora felicitemos a los papás maternales para que lo sigan haciendo así de bien!!!!!!!!!!!!!

(Por Elvis Canino)

viernes, 5 de febrero de 2010

EL CASTIGO



Muchos que están en contra de las bofetadas defienden, en cambio, otras formas de castigo: la retirada de privilegios (sin postre o sin televisión), las consecuencias naturales («como no cuidas los juguetes, los guardaré»)...
La sociedad norteamericana parece especialmente obsesionada por el castigo, o al menos en sus telecomedias se asombra uno de ver a adolescentes que son casi hombretones diciendo espontáneamente: «Sé que he hecho mal, no podré salir en doce semanas. »
No creo que los niños necesiten castigos para aprender, lo mismo que no los necesitamos los adultos. Los niños desean hacer felices a sus padres y lo intentan con todo su entusiasmo (aunque no siempre saben cómo). El que sabe que ha hecho mal, intentará no volverlo a hacer y no necesita ningún castigo.
Al que no lo sabe, basta con decírselo. Si no está de acuerdo, si él cree honradamente que ha hecho bien, no cambiará de opinión por un castigo. Antes bien, sentirá rabia y humillación y volverá a hacer lo mismo en cuanto pueda. Lo más que te pueden enseñar los castigos es a hacer ciertas cosas con disimulo, para que no te pillen. Eso no es una conciencia moral, sino pura hipocresía.
Es perfectamente posible educar a un niño sin castigos y sin la amenaza del castigo.

(Dr. Carlos González)

miércoles, 27 de enero de 2010

MI PAPA ES UN SUPERHEROE


Cuando somos niños nuestros padres son muy importantes para nosotros, son ejemplo a imitar en todo y es prácticamente imposible que se equivoquen en algo. Nuestra madre “casi siempre” es el ejemplo de ternura, alimento y cuidado; mientras que papá “casi siempre” es el que sale a batallar, el que tiene la voz fuerte y en el Universo entero no hay quien pueda contra él. Estando con él, sentimos que es imposible que alguien pueda hacernos daño; y generalmente encontraremos en él una respuesta a todo lo que preguntemos.

¿Pero qué pasa cuando Papá deja de ser Superhéroe sabelotodo para pasar a ser un tirano al que no podemos preguntar nada y del que tenemos que cuidarnos? ¿Qué siente un niño cuando esas manos grandes dejan de ser protectoras y pasan a ser amenazantes? O peor aún ¿Qué siente un adolescente cuando quien fue su amigo de pequeño pasa a ser su peor enemigo o su más implacable juez?

Un niño es una esponjita que aprende e imita su entorno. Tú, como padre eres mejor modelo a seguir cuando escuchas, contestas, juegas, abrazas y sobre todo cuando das buen ejemplo. El hecho de que tu infancia haya sido dura no justifica que sigas la cadena, tienes el poder para romper con ella de una vez por todas y así cambiar el patrón a seguir en las generaciones próximas.

Ser un Superhéroe para tus hijos no requiere ser perfecto y estar exento de equivocarse, pues eso es imposible para un ser humano común y corriente. Simplemente con dedicar tiempo a tus hijos y no prometerles lo que no puedes cumplir ya tienes mucho terreno ganado. El tiempo de calidad, responder a todas sus preguntas y el juego compartido vale muchísimo más que cualquier regalo material y deja más huellas positivas en su corazón. Cuando alguien ha perdido a sus padres no los recuerda evocando el juguete costoso que alguna vez le dieron sino los momentos de cariño como aquella vez que acariciaron su cabello y le dijeron que lo amaban.

Tus hijos crecerán, se marcharán y tendrán sus propios hijos. De ti depende que algún día te recuerden como el Superhéroe que alguna vez lo supo y lo pudo todo…………

(Dedicado a los Padres y a las Madres que también lo son)

Por: Elvis Canino

sábado, 23 de enero de 2010

INSULTA, QUE ALGO QUEDA!!!!!!!!!!!!!!!


Muchos adultos, al hablar sobre niños, recurren al estereotipo, al insulto y a la descalificación sistemática. Ello se hace muchas veces en tono jocoso, casi «cariñoso» («el monstruito», «los pequeños tiranos», «son unos trastos»), pero el daño está hecho: se transmite a los padres la idea de que sus hijos están en su contra y no merecen respeto como personas. Veamos algunos ejemplos concretos:

“Nada más rozar las sábanas, el granujilla empieza a gimotear.”

El «granujilla» tiene diez meses, pero su conducta se considera no sólo meditada y consciente, sino moralmente reprobable.
La elección de las palabras no es casual: el bebé no empieza a gemir («quejarse con voz lastimera», según el diccionario), ni mucho menos a llorar («derramar lágrimas por algún dolor físico o moral»), sino a gimotear («gemir, quejarse o llorar sin causa justificada»). ¿Quién ha dicho que no tiene motivo?
Veamos otros insultos:

“Los niños pequeños son negativos, muestran poco sentido común y una completa falta de respeto por los derechos de los demás.”

¿Cree que exagero? ¿No le parece que esta frase sea tan insultante? Sustituya «niños pequeños» por «negros» o por «mujeres» y dígame qué le parece ahora.


“El diez por ciento de los niños estudiados eran pequeños terroristas.”

Ésta es una acusación muy grave. Sustituya «niños» por «sindicalistas», «catalanes», «clientes», «funcionarios» o cualquier otro término referido a personas adultas y podría recibir una demanda por difamación.

“Hacen que sus madres se sientan inferiores. Los niños pequeños tienen una capacidad increíble para desmoralizar a sus madres. Muchos actúan como completos ángeles cuando están al cuidado de otros, reservando su lado demoníaco exclusivamente para sus padres.”

¡Vaya descubrimiento! Sin necesidad de insultos y exageraciones como «demoníaco», lo cierto es que todos nos comportamos mejor con desconocidos que con familiares. Usted soporta de sus compañeros de trabajo, y no digamos de sus jefes, desaires que provocarían una discusión con su cónyuge. Nos quejamos menos de la comida en un restaurante que en casa (y, cuando comemos en casa de un amigo, jamás nos quejamos de la comida). Usted, padre lector, ¿dónde se hacía mejor la cama, dónde barría y fregaba sin rechistar, dónde obedecía al instante y sonriendo: en casa o en la mili? ¿Significa eso que quería o respetaba más a su sargento que a su madre? Claro que no, simplemente le tenía más miedo. En España ha habido muchas más huelgas y manifestaciones bajo el gobierno socialista que en tiempos de Franco. ¿Significa eso que los obreros estaban más contentos con Franco? Es un hecho que no protestamos más cuando somos más desgraciados, sino cuando tenemos más esperanzas de que nuestras protestas sirvan de algo. Protestamos más cuando nos sentimos aceptados y queridos. Como afirma Bowlby:

“Debido a los vínculos emocionales que unen al hijo con sus padres y a éstos con el hijo, los niños se comportan siempre de un modo más pueril con sus padres que con otras personas [.. ]. Esto es incluso cierto en el mundo de las aves. Los pinzones jóvenes, que son ya suficientemente capaces de alimentarse por sí solos, a veces comienzan a solicitar alimento de un modo infantil cuando ven a sus padres.”

El mismo Freud no se quedaba corto con sus descalificaciones:

“Un exceso de ternura materna quizá sea perjudicial para el niño por acelerar su madurez sexual, acostumbrarle mal y hacerle incapaz, en posteriores épocas de su vida, de renunciar temporalmente al amor o contentarse con una pequeña parte de él. Los niños que demuestran ser insaciables en su demanda de ternura materna presentan con ello uno de los más claros síntomas de futura nerviosidad. Por otra parte, los padres neurópatas son, en general, los más inclinados a una ternura sin medida, despertando así en sus hijos, antes que nadie y por sus caricias, la disposición a posteriores enfermedades neuróticas.”

Y es que de insultar a los niños a insultar a los padres sólo va un paso, y si usted trata a sus hijos con ternura, es un neurópata.
«No», dirá el lector, «Freud sólo llama neurópatas a los que muestran una ternura sin medida, no a los que muestran una ternura normal». De acuerdo, pero, ¿qué es una ternura sin medida? Para muchos, en nuestra sociedad, tomar en brazos a un niño que llora ya es excesiva ternura. No es Freud el único, ni mucho menos, que ridiculiza a los padres que tratan con «excesiva ternura» a sus hijos:


“Sacarle de la cama cuando debe dormir no es mostrar ternura, sino estúpida ignorancia.”

Veamos cómo describe el Dr. Green su método de dejar llorar a los niños para enseñarles a dormir:

“Déjenlo llorar cinco minutos si son ustedes normales, diez minutos si son duros, dos minutos si son delicados y un minuto si son muy frágiles. La duración del llanto depende de la tolerancia de los padres y de cuan genuinamente agitado se ponga el niño.”

Es decir, que los padres que no quieren dejar llorar a su hijo son delicados, frágiles e incluso faltos de tolerancia (¡intolerantes!); pues en una increíble corrupción del lenguaje, «tolerancia» significa ahora la capacidad para oír llorar a tu propio hijo sin hacerle ni puñetero caso. Incluso admitiendo que dejar llorar a los niños fuera moralmente aceptable (¡cosa que no admito en absoluto!), ¿no parecería más lógico adaptar la duración del llanto a la resistencia del niño y no a la de los padres? (Deje llorar cinco minutos al niño normal, dos al delicado, uno al frágil... ) Pero, claro, al Dr. Green no le preocupa lo que pueda sufrir un niño de meses, sino lo que pueda sufrir un adulto de veinte o treinta años.

(Dr. Carlos Gonzáles)
Justificar a ambos lados